viernes, 25 de agosto de 2006

El dedo y la LUNA



¿Dónde está la luna?
Seguimos buscando con afán la respuesta a esta pregunta esencial. Y mientras buscamos e indagamos, no hacemos más que darle vueltas al dedo, fascinados por ese dedo nos comportamos como lo que somos (monos). Buscamos girando y girando alrededor del dedo, analizando sus caracteristicas y terminaremos haciendole la manicura o metiendonoslo en el ojo.
El ZEN nos distrae, nos entretiene, nos aliena. Me viene a la memoria el texto llamado "Los dichos de Rinzai" Más adelante incluiré una copia. Mientras tanto trascribo una anécdota sacada del libro "Carne de Zen, huesos de Zen" Editorial EDAF dice asi: " Ryokan vivia de la forma más sencilla posible en una pequeña choza al pie de una montaña. Cierto día, por la tarde mientras estaba ausente, un ladrón se introdujo en el interior de la cabaña, allí descubrió que no habia nada que pudiera ser robado. Ryokan, que regresaba en ese moento, se encontró con el ladrón en su casa y le dijo: "Debes haber hecho un largo viaje para venir a visitarme... y no sería justo que te volvieras con las manos vacías, por favor acepta mis ropas como un regalo" El ladrón estaba perplejo, pero finalmente cogío las ropas y se marchó.
Ryokan se sentó en el suelo contemplando la luna a través de la ventana. "Pobre hombre", se decía. "Ojalá pudiera haberle dado esta maravillosa LUNA"













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